Omega
Seamaster 300
OMEGA presentó por primera vez el Seamaster 300 en 1957, con un diseño especial para buceadores y profesionales que trabajaban bajo el agua. Más de 60 años después, el reloj ha sido totalmente actualizado con una forma mejorada que está lista para una nueva generación de aventureros
Este modelo de 41 mm y acero noble incluye una esfera azul y un bisel de aluminio azul anodizado en ácido oxálico, con escala de buceo rellena de Super-LumiNova "vintage". Los índices horarios embutidos y los números perfilados contienen Super-LumiNova, igual que las agujas rodiadas
Presentado con una pulsera de piel beis, este reloj incluye un fondo de caja transparente, en cristal de zafiro, que permite una visión nítida del movimiento OMEGA Co-Axial Master Chronometer calibre 8912.
Acero noble
El acero noble es sin duda el más convencional de los materiales de relojería para la artesanía externa y ofrece belleza, resistencia y un precio asequible. OMEGA utiliza el acero noble 316L. Conocido por su resistencia a la corrosión y su brillo intenso después de pulirse, este material suele ser la elección ideal para los relojes utilizados a diario y en situaciones de gran tensión, como el buceo y la aventura.
Aluminio
El aluminio tiene la ventaja de ser un material realmente ligero utilizado para componentes decorativos. Mediante la anodización, ofrece una amplia gama de colores para crear partes del reloj atractivas, como aros de bisel, elementos aplicados en la esfera y también agujas. En particular, el proceso especial de anodización de OMEGA ha logrado aros de bisel de aluminio que son casi el doble de duros que las versiones normales, lo que los hace más resistentes a los daños externos.
Cristal de zafiro
Para apreciar realmente los detalles más sutiles de un reloj, OMEGA utiliza un cristal de zafiro sintético con un tratamiento altamente resistente a los arañazos y antirreflejos. Antes de los procesos de mecanizado y acabado, los cristales de zafiro se elaboran mediante el proceso de Verneuil, también llamado de fusión por llama. Consiste en la fusión de la materia prima mediante una llama de oxihidrógeno y la cristalización de las gotas fundidas para formar un cilindro. Con un grado de dureza 9 en la escala de Mohs (gradación de 1 a 10), los cristales de zafiro resultantes son prácticamente a prueba de arañazos y muy duros, lo que garantiza una visión sin obstáculos en todo momento.